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Recomendaciones para la amniocentesis

Cómo prepararse para la amniocentesis

Antes de someterse a una amniocentesis, es conveniente tener en cuenta varios consejos para una adecuada preparación.

 

La amniocentesis tiene una duración de entre 15 y 20 minutos. Si se realiza antes de las 20 semanas de gestación, el médico puede recomendar a la paciente acudir con la vejiga llena, ya que ésta puede facilitar la operación sosteniendo el útero. Para ello, la paciente beberá una notable cantidad de agua antes de la operación. 

 

Si esta prueba diagnóstica prenatal tiene lugar entre las semanas 15 y 20 de gestación, será mejor practicar la prueba con la vejiga vacía, lo cual reduce el riesgo de punción. No es requisito ir en ayunas, por lo que la paciente puede comer antes.

 

Normalmente, la paciente puede abandonar el hospital el mismo día de la prueba, aunque conviene que guarde un reposo relativo.

 

En cuanto a la medicación, no se requiere la toma de ningún medicamento especial antes de la amniocentesis. De hecho, si la paciente se está medicando, puede seguir haciéndolo e informar a su doctor solo si lo que toma es medicación anticoagulante, como la heparina.

 

Una vez en la clínica, el profesional sanitario describirá y explicará a la paciente en qué consiste la prueba, además de proporcionarle un documento informativo y de consentimiento informado que deberá ser firmado por la paciente. En este documento queda constancia de las prácticas que conlleva esta prueba prenatal y de sus efectos secundarios. Se recomienda leer con atención el documento y resolver con el doctor todas las dudas que surjan.

 

Es importante dar a conocer al doctor cualquier patología que sufra la madre, ya que algunas se consideran contraindicaciones que imposibilitarían la realización de la prueba: problemas de coagulación, infecciones crónicas (VIH o hepatitis C) u otras complicaciones en el embarazo.

Por último, determinar el factor Rh sanguíneo de la madre a partir de una muestra de sangre puede resultar clave. Un resultado de Rh negativo podría suponer problemas de incompatibilidad con la sangre del feto. Para evitarlo, se le inyectaría una vacuna. En todo caso, no está de más considerar la realización de pruebas invasivas alternativas a la amniocentesis.

 

Recomendaciones antes y después de la amniocentesis

Otras recomendaciones antes de someterse a la amniocentesis:

  • Es conveniente que la paciente acuda a la clínica acompañada, de esta forma pueda contar con apoyo emocional antes y después de la prueba, y abandonar el centro también acompañada.
  • Puede comer antes de la prueba.
  • Es muy útil proporcionar al médico un análisis completo del grupo sanguíneo materno. De esta forma, el profesional sabrá si es RH negativo y podrá decidir si administrar una inyección de la gammaglobulina anti- D.

 

Una vez terminada la prueba, y durante las primeras 48 horas, se deben evitar esfuerzos físicos: reposo absoluto el primer día y relativo el segundo es lo más recomendable. A partir del tercer día, si no han surgido complicaciones, la paciente ya podrá retomar su vida normal.

 

En el caso de experimentar efectos secundarios, la paciente debe informar inmediatamente al doctor. Especialmente si las consecuencias son algunas de las siguientes:

  • Sangrados vaginales o pérdida de líquido amniótico por la vagina.
  • Calambres uterinos intensos. Estos pueden durar horas.
  • Fiebre.
  • Inflamación de la zona de punción.
  • Actividad fetal inusual o falta de actividad.

 

Resultados y otros estudios

La amniocentesis se lleva a cabo gracias al cariotipo, una técnica segura que consiste en un cultivo de 2 o 3 semanas de la muestra de líquido extraída. Tras este periodo de tiempo, se elabora el informe de resultados.

 

Pero la muestra de líquido amniótico es útil para elaborar otros estudios.

 

Uno de ellos es la QF-PCR, también conocida como prueba rápida. Esta presenta un diagnóstico sobre las trisomías más habituales e importantes: la trisomía 21 del síndrome de Down, la trisomía 18 del síndrome de Edwards y la trisomía 13 del síndrome de Patau. También detecta anomalías cromosómicas sexuales, como el síndrome Turner y el Klinefelter.

 

Otro es el estudio genético molecular específico de las células fetales, que detecta enfermedades hereditarias transmitidas por familiares.

 

¿Qué esperar de la amniocentesis?

Durante el procedimiento de la amniocentesis, un ecógrafo localizará al feto dentro del útero gracias a un control ecográfico. Una vez reconocida la ubicación del feto, se limpiará el abdomen del gel previamente aplicado.

 

La ecografía será lo que oriente al doctor a la hora de introducir la aguja a través del abdomen, y mediante la que se obtendrá el líquido amniótico del útero. Es posible que la paciente experimente una molestia durante la punción, y que sufra algún calambre una vez la aguja alcanza el útero.

Finalizado el procedimiento, se controlará la frecuencia cardiaca del feto mediante el ecógrafo, para asegurarse de que se encuentra en buen estado.

 

Entre una y cuatro semanas después, el informe de resultados estará disponible.

 

Esta prueba es delicada, ya que comporta un riesgo de aborto espontáneo. Aun así, proporciona un análisis cromosómico del feto tan preciso que dará a la paciente el privilegio de conocer con antelación las condiciones de su futuro recién nacido.

 

  
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